EN LA MADRUGADA DEL VIERNES

Castilla La Mancha es testigo del paso de una segunda bola de fuego en dos días

No obstante, se ha constatado que ni la bola de fuego registrada el día 27 ni las detectadas esta pasada noche guardan ningún tipo de relación entre sí, pues las rocas que las generaron proceden de cometas diferentes, según ha informado el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).

Una nueva bola de fuego se ha registrado sobre Castilla-La Mancha a las 2.37 de la madrugada de este viernes y, al igual que el meteoro detectado hace tan sólo dos días, se inició sobre el norte de la provincia de Albacete y finalizó sobre el sur de Cuenca.

No obstante, se ha constatado que ni la bola de fuego registrada el día 27 ni las detectadas esta pasada noche guardan ningún tipo de relación entre sí, pues las rocas que las generaron proceden de cometas diferentes, según ha informado el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).

Sin embargo, esta no ha sido la única bola de fuego registrada durante la pasada noche, ya que, poco después de la puesta de Sol y cuando el cielo aún no había terminado de oscurecerse, otra bola de fuego casi tan brillante como la Luna llena fue vista desde el sur y el centro de España.

Numerosos testigos, sorprendidos por su brillo, se hicieron eco del evento en redes sociales, sobre todo desde Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. El fenómeno pudo ser registrado por los detectores que la Universidad de Huelva opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo), Huelva, Sevilla y el observatorio astronómico de Calar Alto (Almería).

De acuerdo con el análisis llevado a cabo por el profesor de la Universidad de Huelva, José María Madiedo, esta bola de fuego se generó al entrar en la atmósfera terrestre una roca desprendida de un cometa.

Los cálculos realizados por este astrónomo indican también que la velocidad de la roca era de unos 120.000 kilómetros por hora, por lo que ésta se volvió incandescente al entrar en contacto con el aire, produciéndose así la bola de fuego a unos 110 kilómetros sobre la vertical de la localidad de Santa Olalla del Cala (Huelva).

Ese punto la roca avanzó rápidamente en dirección suroeste, extinguiéndose la bola de fuego sobre la provincia de Sevilla, en un punto próximo a la vertical de la localidad de El Castillo de las Guardas.

Tan sólo unas horas más tarde, ya en la madrugada del día 30, otras dos bolas de fuego menos brillantes cruzaban la Península.

La primera de ellas lo hizo a la 1.10, de nuevo sobrevolando el sur del país. Se inició a unos 98 kilómetros de altitud sobre el Atlántico, frente a la costa Onubense, y se extinguió en las proximidades de la vertical de la localidad de Lepe (provincia de Huelva), a casi 38 kilómetros de altura. La segunda fue la que atravesó Castilla-La Mancha a las 2.37 horas.

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