FERIA DE SAN ISIDRO | 20 DE MAYO
Diego Ventura conquista su decimotercera Puerta Grande en Madrid
El rejoneador Diego Ventura cortó este sábado dos orejas y salió a hombros en el segundo festejo de la especialidad de la Feria de San Isidro, su decimotercera Puerta Grande en Madrid en las diecisiete temporadas que lleva anunciándose en esta plaza.
De siempre se ha dicho que el 13 es el número del mal fario, pero para Ventura, que no entiende de supersticiones, es desde sinónimo de gloria e historia, pues son las veces que ha logrado descerrajar la Puerta Grande de la primera plaza del mundo, un hito que del que nadie en la historia del toreo puede presumir, de ahí la importancia de lo logrado hoy por el jinete hispanoluso.
La exhibición de Ventura empezó en su primer toro, al que dejo crudito con un solo rejón para aprovechar después la calidad y la movilidad que desarrolló en unos elegantes y torerísimos galopes con 'Nazarí', recorriendo todo el anillo con el astado encelado a milímetros de la grupa.
La plaza, un manicomio, más aún cuando dejó las dos primeras "farpas" en todo lo alto y atacando muy en corto. Con 'Fino' creció el ritmo y la intensidad de la faena con tres ajustados quiebros de plaza a plaza, haciendo la suerte muy despacio y enardeciendo aún más los tendidos con piruetas en la salida.
Tres cortas "al violín" con 'Remate', desplante "del teléfono", y, cuando tenía las dos orejas en la mano, pinchó antes de agarrar el rejón final, dejando el premio en singular. Y de la brillantez se pasó al miedo por el riesgo que tuvo que asumir Ventura para "arrancar" la oreja del quinto, toro violento y de constantes cambios de ritmo, con el que, lejos de amedrentarse, el hispanoluso tiró de la raza, el valor y el oficio de sus "estrellas".
Como 'Sueño', con el que pegó unos escalofriantes cambios por los adentros, protagonizando además un quiebro marcha atrás resuelto casi al hilo de las tablas. Cumbre.
Con 'Chalana' pisó también unos terrenos de aúpa y finiquitó labor con tres "violinazos" sobre 'Remate' que, tras un rejonazo al segundo encuentro, le pusieron en su mano la oreja que le hacía falta para la gloria.
Otro que rayó a muy buen nivel fue Leonardo Hernández, que sorteó un primer lugar un astado, que, además de manso, quedó visto para sentencia tras un tremendo golpetazo que cobró tras saltar la barrera.
El jinete extremeño hizo un tremendo esfuerzo para inventarse una faena y, lo más importante, metiendo a la gente en el canasto.
Lo mejor llegó sobre 'Calimocho', hijo de 'Cagancho", uno de los caballos más importantes de la historia del rejoneo, propiedad de Hermoso de Mendoza, y con 'Xarope', con los que arriesgó mucho para justificarse sobradamente y saludar una merecida ovación.
En el rajado y remiso sexto, en cambio, nada pudo hacer Leonardo, que, no obstante, dejó un sensacional par a dos manos con 'Despacio'.
Andy Cartagena anduvo con notables desigualdades en su primero, toro distraído y con poco celo, con el que destacó únicamente en lo accesorio, es decir, con los balanceos con 'Picasso', y piruetas, desplantes y un "violín" con 'Jinocente'.
Al cuarto, otro toro de escaso fuelle, Cartagena, que exhibió hasta cinco monturas, clavó garapullos siempre al cuarteo y sin ajustarse demasiado, de ahí que la gente no acabara de entrar en la faena hasta que no llegaron alardes de doma y "efectos especiales" sobre 'Luminoso'.
Ficha del festejo
Seis toros de Los Espartales, despuntados para rejones, feos, atacados de kilos, mansos y de poco celo en conjunto, a excepción del segundo, que tuvo calidad y más movilidad que sus hermanos.
Andy Cartagena: pinchazo, y rejón trasero y caído con derrame (silencio); y rejón (ovación).
Diego Ventura: pinchazo, y rejón trasero y caído (oreja); y pinchazo, y rejón trasero y caído (oreja).
Leonardo Hernández: medio rejón muy trasero (ovación); y rejón muy trasero y dos descabellos (silencio).
La plaza registró lleno de 'no hay billetes',el segundo en lo que va de feria, en tarde espléndida.