FIB 2013

Memorias (y penurias) de un fiber entregado (I)

Hay quien dice que el FIB -y casi cualquier festival- hay que vivirlo desde dentro. Que si no te asas de calor en las tiendas de campaña del camping no es lo mismo. Y que la playa de Benicàssim debe ser poco menos que la segunda casa de todo buen fiber. Puede que haya algo de verdad en todo eso, pero al final la clave es la música.

Lo cierto es que mola meterse en el ambiente del camping, el calor y las duchas comunes. Pero lo importante es lo que ocurre delante del Maravillas o del resto de escenarios del festival. Allí confluyen todas las maneras de vivir el FIB. De allí surge la llamada para cualquier fiber. Y allí se reúnen. El camping y la zona VIP pierden todas sus diferencias cuando la música suena.

Ahí radica la grandeza de todo esto. Lo que mola es lo que viene de la música. La cerveza que te tomas escuchando en directo al grupo que ponías en el coche o la sensación de sentirte extranjero en tu propio país -los ingleses se cuentan por cientos-. Quédate con lo que quieras, pero al final, tus memorias de fiber -entregado o no- se las deberás a la música.

Lo de las penurias que aparecen en el titular era casi por rellenar. Por darle un poco más de cuerpo a este texto. El FIB apenas deja tiempo para aburrirse. Y mucho menos para pasar penurias. Está casi prohibido. Y lo cuenta alguien que baila entre la zona de prensa y los conciertos, con alguna que otra escala en la zona VIP del festival. Es lo que tiene esto de acreditarse como periodista.

Pero quien escribe estas líneas también se ha bajado a la arena y sabe lo que es montar la tienda el jueves y desmontarla el lunes. El conocimiento de causa me aporta los galones suficientes para hablar de todo esto y sentenciar que es casi imposible pasárselo mal en Benicássim a mediados del mes de julio. Es un fenómeno que se viene repitiendo año a año desde 1995.

Vamos a intentar hacer un repaso por lo que se vive en esta semana grande de la música que es el FIB. Esta es una introducción muy genérica, pero llegarán más cositas. Y más concretas. Todo bueno espero. Aunque me planteo el reto personal de relatar alguna pena derivada del FIB. A ver si me entero de alguna; sobre todo por justificar el paréntesis que incluye el título de este texto.

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