Zulema no entiende porque ha fallado el plan de El Egipcio y vuelve a Cruz del Sur intentando encontrar una explicación. La presa siente que ha fracasado en el plan A y no encuentra un plan B para escapar del centro penitenciario. Zulema aún siente el dolor de las quemaduras, pero no quiere medicarse para poder encontrarse lúcida; “es hora de jugar a la ruleta rusa” , le confiesa a Saray.