Cristóbal es un chico de origen humilde, siempre bromista, de una ingenuidad desarmante y un buen corazón que hace que todos le perdonen sus torpezas y meteduras de pata. Su amistad con Martín es profunda, pero sus caminos parecen destinados a separarse.
A Martín le espera la Corte y el lujo, y a Cristóbal una vida dura como campesino o ayudando a su padre en la taberna. Siempre estuvo enamorado de Blanca, aunque sin esperanza. En cuanto ella entra en la Corte, sus diferencias se hacen aún más grandes. Cristóbal sabe que Blanca jamás le corresponderá, siendo él un plebeyo, pero eso no impide que la ame con fuerza y sinceridad.