Han transcurrido muchos años, y Geoge se ha convertido en un padre de familia y consagrado entrenador de peleas de gallos. Gracias a una de las peleas consigue que Tom Lea le firme su libertad, y la consigue, pero la hazaña dura poco. Su amo apuesta el doble y pierde. Ahora George, vendido por su propio padre, se dirige a Inglaterra sin haber tenido siquiera la oportunidad de despedirse de su familia.