Con la mirada fija en el espejo, Álex mantiene el contacto visual con el donante de su corazón. Rodrigo atormenta su vida hasta tal punto que su presencia está llegando a cambiar por completo al Álex que Blanca conocía. Unas visiones de la memoria de su corazón que no se van nunca y que esconden una gran incógnita que Álex deberá descubrir para librarse de ellas.