Ugur vuelve a meter la pata en la desastrosa pedida de mano

Demir, Candan, Öykü y Cemal acuden junto a Ugur a casa de Sevgi a lo que debería ser una celebración. Pero la profesora de Öykü no ha encontrado el momento idóneo para comunicar a su padre las intenciones de Ugur, a pesar de haberla avisado con anterioridad.

El padre de Sevgi se teme lo peor, algo que corrobora cuando su hija le ofrece un café con sal a Ugur. La tradición dice que cuando un pretendiente va a pedir la mano de su amada, el café se toma con sal, y eso mismo es lo que hace Sevgi. Es entonces cuando el comisario se da cuenta de todo.

Ugur se ha vestido de gala y les ha llevado unas flores preciosas, tenía todo preparado para que la velada fuese perfecta pero, como no podía ser de otra manera, acaba siendo un verdadero desastre.

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