La cruel mentira que se tragaron Max y Miranda: la falsificación de un cáncer terminal

Los Schroder se ven envueltos en un caso complejo, donde su competencia no quiere que estén y con el propietario antiguo de la bodega rodeado de secretos y mentiras.

La Policía española consigue detener al médico corrupto que ha suministrado desde bajas laborales hasta drogas duras a una gran cantidad de pacientes. Entre esa lista se encuentra Hans Weber, el antiguo propietario de Bodega Negra.

Max y Miranda acuden a la casa de la familia para hablar sobre este hecho con el abuelo. Weber confiesa que pagó al médico para que le diagnosticara un cáncer falso y que, además, incluyera que no le quedaba mucho tiempo de vida. Pero afirma que lo hizo para poder irse cuanto antes a su ciudad de origen.

Con la llegada de los detectives y su acusación, la familia se entera de la falsificación y del deseo que tiene de irse de la isla.