Joel está conociendo, horrorizado, su verdadera condición: medio hombre, medio animal. Siente una inmensa rabia contra su padre y no puede comprender qué le ha llevado a hacerle esto pero, por otra parte, empieza a ser consciente de sus nuevas habilidades. Su buen oído le hace percibir un extraño crujido en el andamio que hay en la entrada del colegio. Joel comprende que está a punto de derrumbarse y corre para intentar salvar a Silvia, que está pasando por debajo. En ese preciso instante la estructura cede y ambos jóvenes quedan sepultados bajo los hierros.
Buscan al teniente Pando por toda la comarca. Han encontrado el coche que robó en su huida y está lleno de sangre. Es evidente que está herido. En realidad, Raúl no ha salido de Calenda, ni siquiera lo ha intentado. Ha ido a casa de la jueza para convencerla de que le ayude a demostrar su inocencia. Sara, a pesar de su reticencia inicial, decide apoyarle. Empezará por seguir la pista del aparato que encontraron en el apartado de correos de David.
Mientras tanto, Vera y Pablo traman un plan para proveer a Raúl de alimento, medicinas y ropa. Con el fin de averiguar dónde puede estar escondido, Vera camela a Nacho y le roba el walky. Si la Guardia Civil logra alguna pista nueva, ellos serán los primeros en enterarse.
Sonia también cree haber encontrado algo que puede ayudar al teniente Pando. Los presos escriben en la pared de la celda en qué fecha ingresan en el calabozo. El día que mataron a David, alguien grabó esa fecha en la pared. Por tanto, había alguien en los calabozos ese día y tuvo que ver al teniente Pando durmiendo allí. Hay que encontrar a ese preso cuanto antes para tomarle declaración.