Una vida de infierno: Neriman, el espejo de los trastornos que sufren sus hermanos

Neriman es la hermana más pequeña de los Derenoglu, el cimiento de la familia que más cuerdo parecía hasta ahora.

Sin embargo, la locura se apodera de ella cuando ve mermados sus sueños, su libertad y sobre todo su amor hacia Ege, un sentimiento que ya es público y que ambas familias conocen.

Safiye no encaja bien la noticia de que su propia hermana sea novia del hermano de Inci y hace lo imposible por separarles.

Además, Han tampoco es partidario de esta relación y no va a consentir que Neriman de enamore de su propio cuñado que no termina de aceptarle.

Por ello, Neriman ve frustrados todas sus aspiraciones y deseos por parte de sus seres queridos, recibiendo amenazas y acusaciones continuamente. La psicosis llega cuando Safiye la encierra en su habitación para prohibirle que se encuentre con Ege… ¡incluso la impide que vaya al instituto!

Neriman no puede más y decide autolesionarse, algo que lleva haciendo desde hace mucho tiempo para aliviar su rabia e impotencia de no poder hacer nada contra sus hermanos, quienes le hacen la vida imposible.

Lo que ella no sabe es que pronto ese TOC que sufre saldrá a la luz: Safiye y Han descubren el lado más desesperado y terrible de la joven tras ver las marcas de su brazo.

La joven, que era el talón de Aquiles de Han y la que más parecía en sus cabales en la casa, ahora también forma parte de ese desequilibrio mental que sufre cada uno de los hermanos Derenoglu.

¿Será capaz de salir de esa tortura o se hundirá junto al resto de sus hermanos?

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