Ceylan no está dispuesta a renunciar a Han: “Engáñate todo lo que quieras, pero anoche viniste porque no puedes estar lejos de mí”

Han parece estar muy satisfecho por haber llevado a cabo su venganza contra Ceylan e incluso está extremadamente contento con las personas que le rodean, algo que no es muy habitual en él.

Con esa venganza, Han pretendía que Ceylan sintiera el mismo dolor que sintió él cuando lo dejó.

Por su parte, Ceylan, aunque está totalmente hundida no tiene ninguna intención de rendirse y seguirá luchando por volver a reconquistar a Han.

Así, Ceylan, con la excusa de llevarle un guante que se dejó en su casa tras pasar la noche juntos, se presenta en su oficina y le dice que no entiende la nota que le dejó escrita.

Han, antes de irse, tachó su cara de la foto que Ceylan tenía en su casa y ella le dice que podría habérsela pedido.

“Querías hacerme daño, ¿verdad?”, le dice Ceylan, pero Han le dice que no siente nada.

“Engáñate todo lo que quieras, pero anoche viniste porque no puedes estar lejos de mí”, le dice una Ceylan con más fuerza que nunca e, incluso, le dice que lo de vengarse es solo una excusa.

Han le responde que ya “no existe un nosotros” y Ceylan le dice tajante que siempre buscará una nueva excusa para volver a ir a su casa.