Cumple a la perfección todas las órdenes de Claudia
Claudia ha querido criarla instintivamente a su imagen y semejanza, pero Sabina nunca se ha dejado adiestrar por la romana que, a pesar de todo, con el paso de los años le ha empezado a ofrecer su confianza. Y es eso, los años y tantos momentos juntas, lo que hace que Sabina se haya convertido en una fiel y servicial esclava que cumple a la perfección todas las órdenes de Claudia.
Sin familia, sin amigos y prisionera desde que tiene uso de razón, Sabina no conoce otro modo de vida y tampoco se plantea hacerlo.
Cuando llega a Hispania conoce a Nerea, con la que establece una compleja relación ambivalente.