Matías está sumamente extraño, y todos se están percatando.
Su abuelo Raimundo, por un intento de saber qué es lo que le atormenta, le hace
saber que puede contar con él para lo que quiera. Justo en ese momento, el
joven se envalentona y le pide 250 pesetas pero al comprobar el asombro de
Raimundo, éste se ríe y le dice que era un broma, pero... ¡Entre broma y broma
la verdad se asoma!