Las chicas animan a Candela

Gonzalo y María dan rienda suelta a su pasión. Gonzalo reconoce que está “feliz” porque María lo sigue queriendo. Mariana también nota que María está feliz y ella reconoce que es por Gonzalo. Su amor es invencible. Pese a la “reconciliación” de ayer, María no quiere huir de Puente Viejo con Gonzalo, el chico parece desolado y su hermana le invita a que busque respuestas dentro de él, no dependiendo así de María. Una desconocida quiere hablar con Gonzalo sobre Don Celso. Gonzalo se niega a escucharla.

Olmo reconoce que le gusta estar con Terence es el único que parece no tenerle miedo. Dice estar cada día mejor pero sigue lamentando estar mal con su hijo. El cura promete interceder.

Comienza el campeonato de futbolín; el primer partido enfrenta a los Mirañar contras Quintina y Emilia. No tienen nada qué hacer, los Mirañár, claro está, que pierden sin opción a duda.

Raimundo indaga sobre el origen de las flores en la tumba de Tristán. Quintina le da una pista.  Es Mauricio quien lleva flores a la tumba en nombre de Francisca. Cree que la doña lo querría así.

Las chicas ponen en marcha la confitería. Todo lo hacen mal como para parte de un plan para obligar a Candela a reaccionar.

En cuanto a Francisca, el especialista ha confirmado el diagnóstico: catatonia. Las únicas soluciones son poco ortodoxas.

Rosario le cuenta a Aurora que ha habido más explosiones.