Después de lo que ha ocurrido, Julietase convierte en la confesora de Candela. Es la persona en la que sabe que puede confiar y en la que se puede apoyar en los momentos más duros de su larga espera. Candela afirma tener miedo de la incertidumbre y de la posible muerte de su pequeño. Sin embargo, Julieta está ahí para sembrar la esperanza en la madre desesperada.