Estaba claro que las intenciones de Cristóbal Garrigues no iban a ser siempre buenas. Esta vez ha vuelto a Puente Viejo con unas intenciones que todavía se desconocen pero ya ha cazado a su nuevo objetivo: Adela Arellano. El antiguo intendente se ha mostrado amable para recoger con ella la colada, ¿cuál es su intención?