El ministro Julián Ocaña no tiene dotes de liderazgo. Ni capacidad de reacción. Ni es un orador brillante. Tan solo es un buen tipo metido en un gran lío. Y, para colmo, el 'Cuerpo de Élite' no para de meterle en problemas. Básicamente, se dedica a sobrevivir a los embistes de Carreño, el líder de la oposición. Por suerte, cuenta con la ayuda de Andrea, su mano derecha.