Una cobra y un sensor de movimiento, el imprevisto con el que Berta y Salva no contaban
Aprovechando que Berta estaba sola con Salva en el museo, se lanzó a sus brazos para provocar un encuentro. Lo que no se esperaba, era que Salva le apartaría la cabeza impresionado por el sensor de movimiento que los delataría. Pocos segundos después, la policía estaba allí para arrestarlos. Operación fallida.