Un vendedor de refrescos quiere promocionar su bebida energética en el camping. Confunde a Lola con el dueño y le paga 1.000 euros por dejarle vender allí. Candela y Dani, engañados por su madre, ayudan a repartir los refrescos. La bebida comienza a crear efectos secundarios en la gente. El refresco no ha pasado todavía los análisis sanitarios y el vendedor está utilizando a la gente del camping como cobayas humanas.
Sandra ayuda a Jorge con el cátering de una boda. La novia, Paula, es una enfermera que trabajó con Sandra antes de que a ésta la despidieran por sus problemas con las pastillas. Mientras preparan los platos, Jorge y Sandra ven al novio teniendo sexo con una de las invitadas. Jorge quiere mantenerlo en secreto para que la boda no se estropee, pero Paula no para de burlarse de Sandra y ésta acaba por contárselo.
Tino se entera de que José Luis tiene su furgoneta, que se niega a devolver. Como venganza, Tino se muda con toda su familia a casa de los marqueses. Sonsoles y Alicia, hartas de peleas de gallos, proponen ser socios en la churrería.
Ángel está preocupado porque Sandra le dijo que no cuando le pidió matrimonio, de manera ficticia, en el capítulo anterior. Paulino, sin embargo, está feliz con la decisión de su hija y no deja de pinchar al “centollo”. La discusión entre ambos acaba con una citación de pelea en el bar. Eli intenta enseñar a pelear a Ángel, pero es inútil y en el combate termina con un ojo morado. Al final del enfrentamiento, Sandra le expresa sus sentimientos y le dice que se irá a vivir con él, aunque antes, deben deshacerse de Paulino.