Tokio, derrotada, encuentra un respiro en los brazos de Río
Tokio, derrotada, no puede evitar sentirse culpable: Moscú ha sido herido y él ya había sido claro con la atracadora. Río acude a apoyar a su chica, es un alivio tenerla de nuevo en sus brazos y él, es un consuelo para el tormento de Tokio: “Te he echado de menos”.