Los médicos le dan el alta a Sara. Ella y su marido Gorka preparan las cosas para regresar a casa. La psiquiatra continúa muy afectada por su secuestro y no puede cambiarse de ropa delante de Gorka porque necesita tiempo. Sara le confiesa a su marido que tiene miedo. El médico quiere que todo sea como antes y le asegura a su esposa que "todo va ir bien".