Acercaron posturas

Benigna y MariJo entierran el hacha de guerra con una bonita reconciliación: “Haría cualquier cosa por Quico”

Parece que ambas mujeres empiezan a acercar posturas y entender que Quico, su punto en común, es lo único que importa para llevarse bien.

Cuando Quico le habló de su pareja, que conoció en Texas, Benigna se imaginaba a una joven de la misma edad que su hijo, pero cuando llegaron juntos a la Plaza de los Frutos se dio de bruces con la realidad: ¡MariJo era mucho más mayor que Quico!

Quince años de diferencia hay entre ellos, por eso la relación entre MariJo y Benigna no empezó con buen pie, y parecía que nunca habría paz entre ellas, olvidando por completo que aman al nexo que las une: el propio Quico.

Benigna se resiste a aprobar la nueva novia de su hijo, la ve como una rival, pero MariJo le hace ver a su suegra que se ha esforzado mucho por ganarse el corazón de Quico, y quiere llevarse bien con la madre de su novio.

"Lo hice todo por Quico"

MariJo le hace ver a Benigna que Quico echaba mucho de menos la paella que su madre le preparaba en Madrid, y aprendió a cocinar como ella: "Lo hice todo por Quico", le dice MariJo, exponiendo sus sentimientos y su buen hacer por el hombre al que ama: "Haría cualquier cosa por él, estoy muy enamorada de Quico", sentencia la mujer.

Benigna se queda pensativa, ¿acaso ha estado muy a la defensiva con su nuera? Castro cambia por completo la imagen que tenía de MariJo, y le comenta que su paella no estaba "del todo mal", y se compromete a ayudarle a pillarle el punto al arroz, certificando la paz con un tierno abrazo. ¿Será el comienzo de una gran amistad entre MariJo y Benigna?