Momentos capítulo 2.471

Rocío da a Hugo el abrazo que necesita: “Sigo aquí dispuesta a lidiar con todos tus demonios”

Rocío acude al final del entrenamiento de Hugo con los chavales tras la dura confesión que escucho de él.

Hugo se va acostumbrando a su nueva vida en la Plaza de los Frutos. Su pasado sigue pesando, tanto su fulgurante carrera como futbolista como las adicciones al alcohol y a las drogas que hicieron que ese éxito se cortara repentinamente.

Ha aceptado que su presente es trabajar en la farmacia de su madre, que sigue desconfiando de él. Doña Paz cree que puede recaer en cualquier momento. Por eso, la relación entre los dos está siempre llena de reproches.

Rocío, en medio de la tormenta entre los dos, intenta tender puentes. A pesar de los primeros roces con Hugo, se están convirtiendo en muy buenos compañeros. Ella es incluso quien le ha convencido de que comience a entrenar a los chicos del Real Chamberí: cree que a él le ayudará en su nueva etapa y que a doña Paz le vendrá bien esa publicidad para su negocio.

Sin embargo, Rocío tiene curiosidad por el pasado de Hugo y por el motivo de que doña Paz trate con tanto desprecio a su propio hijo. Juntos en la farmacia, el exfutbolista decide al fin abrirle su corazón y confesarle su pasado. Cuando termina de hacerlo, parece arrepentirse: “Ahora tu forma de mirarme también ha cambiado”, lamenta.

Rocío decide acudir al final del entrenamiento de Hugo con los chicos. Quiere mirarle: “Exactamente igual que antes de que me hayas contado lo que me has contado”. Es su forma de demostrarle que seguirá apoyándole y no le dará la espalda tras conocer su historia.

Hugo, emocionado, le confiesa que vive “con miedo de volver a caer”. “Sigo aquí dispuesta a lidiar con todos tus demonios”, responde ella, bromeando con que los suyos son las galletas danesas y las croquetas. Además, Rocío comienza a entender la forma de comportarse de doña Paz.