Como fichas del dominó, todo el vecindario ha caído rendido a los beneficios tan relajantes del yoga. La responsable de todo esto es Violeta, la principal precursora de la nueva practica, pero aún se le resisten un par. Pelayo y Marcelino creen que el yoga anula la voluntad de las personas pero, como todos, terminan dejando que la luz entre en sus mentes.