La reflexión de un guionista de Amar es para siempre tras el gran final: “Es imposible compararla con sus coetáneas”

Hemos vivido una emocionante noche con el gran final de Amar es para siempre que todavía nos pone la piel de gallina y, reconozcámoslo, aún se nos empañan los ojos con el bonito reencuentro de toda la familia Gómez Sanabria. ¡Qué alegría ha sido verlos juntos una última vez!

Las reacciones no dejan de sucederse, cada una más bonita y emotiva que la anterior, y esta vez es el turno de uno de los guionistas de la ficción. Hace meses que terminó la grabación de Amar es para siempre, y Borja González Santaolalla aprovechó para compartir por redes sociales su experiencia en un proyecto que llegó para tres meses y se quedó durante siete años.

Borja destaca lo difícil que es trabajar como guionista para una serie como Amar. No por la dificultad en sí, sino por las “miradas condescendientes o directamente por encima del hombro” de muchas personas. Incluso, Borja tiene un mensaje para un directo conocido que catalogó a Amar como “serie menor”.

Pero Santaolalla destaca que muy pocas veces se ha sentido tan libre como guionista, y esa libertad la consiguió en Amar. “¿Cómo puede ser que una novela me haya permitido disfrutar tanto?”, se pregunta Borja, algo que tardó muchos años en entenderlo, y nos ha querido explicar el porqué.

“Amar tiene un sello tan característico que es imposible compararla con sus coetáneas”, comienza Borja sobre una ficción que ha trascendido a lo largo de los años, una serie donde “han convivido el melodrama, la comedia romántica, el thriller, el slapstic y hasta el terror en un mismo capítulo”. ¡Casi nadie puede hacer algo así!

Durante más de una década, Amar es para siempre ha tenido infinidad de personajes, escritos con mucho mimo y que han protagonizado historias de amor que aún se recuerdan. “Escribir esta serie era divertido, estresante, frustrante y gratificante en una misma semana”, reconoce Borja, después de recordar todas las ‘locuras’ que han conseguido hacer en Amar, donde consiguió “experiencia, confianza y la posibilidad de trabajar con grandísimos profesionales”.

Santaolalla no quiso acabar su hilo sin antes rememorar todo lo que la serie le ha dado a nivel personal y profesional, mandando un abrazo a todos y cada uno de todos los que trabajan detrás de las cámaras en la Plaza de los Frutos, que no son pocos precisamente. ¡Larga vida a Amar es para siempre!