UNAI COMENTA LA SEGUNDA TEMPORADA DE 'ALLÍ ABAJO'
"Los vascos somos como el negativo de una pareja de Top Dance" por @Unelar
Cualquiera que haya conocido a un vasco sabe que tenemos alergia a complicarnos la vida. Nos gusta la vida cómoda en el matrimonio @Unelar
"Cualquiera que haya conocido a un vasco sabe que tenemos alergia a complicarnos la vida. Y a la hora de vivir en pareja no es para menos. De hecho, aquí el matrimonio entre una bilbaína y un vitoriano ya se considera interracial, no te digo más.
"Tu pareja siempre estará ahí, borracho como una cuba, pero coño, estará ahí"
Nos gusta la vida cómoda en el matrimonio; esas cosas de ir a clases de salsa o a jugar a pádel quedan demasiado lejos. Somos como el negativo de una pareja de Top Dance (Toma product placement ahí).
Todo empieza con el sacramento del matrimonio, entre “dantzari”s (esos tíos de blanco y boina roja que bailan levantando las piernas muy alto cuando viene el presidente al País Vasco) y arroz. A partir de ahí se crea un ente completamente inquebrantable. Ni siquiera Julio Iglesias podría romper esa pareja. Se sabe de parejas que han conseguido aguantar a dos erasmus simultáneos sin un flirteo con la camarera. Si ya es difícil ligar una vez, como para tener que hacerlo dos veces. Quita, quita.
Lo bonito es que a partir de ahí tienes un compañero para las fiestas de los pueblos. Un colega borracho te puede dejar tirado en las fiestas de Gernika porque está gastando todo su dinero al futbolín o diciendo guarradas a una irlandesa, pero tu pareja siempre estará ahí, borracho como una cuba, pero coño, estará ahí.
A partir de ahí, tras los años, se van sustituyendo por kalimotxos por mostos y los bocadillos de lomo queso que te comes en el bar más guarro, por rabas; derivando así en el ya conocido por mis lectores como “los domingos de mosto y rabas”. Seguido de ir a jugar al mus y a fumar puros (Dile tú a alguien que ha estado trabajando cuarenta años en una fundición que no se puede. Ni el equipo A se mete en ese jardín) mientras juegas al mus.
Pensándolo en frío, no es más que otro matrimonio normal. Obviando, claro, la parte del desenfreno sexual y todas esas guarradas que no me dejan decir. Misionero si ha metido el Athletic, leer a Óscar Terol y a dormir.
Gabon."