Rosa Mari acude a un inspector para que valore el mal estado del Kaia. Tras una revisión a fondo, que la cuadrilla intenta evitar, el inspector decide cerrar su templo por daños estructurales. ¿Se verá Maritxu forzada a vender la clínica para rehabilitar su bar? La cuadrilla se echa las manos a la cabeza "¡Nos hemos quedado huérfanos!"