MÁXIMO PASTOR ES

Mateo, el cabroncete

Mateo, hijo de Laura, no puede estar tranquilo, siempre tiene que andar preparando una trastada. Es hiperactivo, pero hiperactivo del mal. Como Laura es cualquier cosa menos una madre estricta, y Enrique, su padrastro, es un tontaina que va de enrollado, Mateo no tiene más límites que sus apetencias. Sus primos Pedro y Nico son el objetivo habitual de sus perrerías, pero sus tíos y abuelos tampoco se libran ni de sus bromas ni de sus sablazos.

Su padre, el primer marido de Laura, es un piloto crápula y mujeriego al que ve un fin de semana de cada dos y admira por encima de todas las cosas. Está claro a quien ha salido el niño.

Mateo no duda en aprovechar la circunstancia de ser hijo de padres separados (que no se hablan) para manipular y chantajear a diestro y siniestro con tal de conseguir lo que sea.

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