Muy pronto, la declaración de Alba

Así ha sido el capítulo 9 de 'Alba': los momentos claves del juicio

Marta Pozas ha presentado una prueba de última hora. Además, junto a la teniente Giner y Alba, han encontrado una víctima más de los abusos de los Entrerríos ¿De quién se trata esta vez?

Hace unos capítulos, el fiscal condenaba a los acusados a 20 años de cárcel.En cambio Bruno tendría que pasar diez años más en prisión por un delito de violencia de género, pero… ¿de verdad participó en la violación?

En el capítulo anterior, Hugo confesaba una información que cambiaría el rumbo del caso: fue él quien le envió el vídeo a Alba. La teniente Giner ha tenido acceso a los vídeos que Jacobo y Rubén subieron a la nube y se ve como uno de los amigos no participó: Bruno había bebido demasiado aquella noche y cayó inconsciente.

Hugo no tiene la conciencia tranquila sabiendo que, aun así, está inculpado, cuando en realidad no hizo nada y Marta Pozas lo ha estado presionando para que confiese y poder salvar a su amigo. El joven le confesó todo a Alba, pero en el momento de la verdad, Hugo, presionado por los Entrerríos, inculpó a Bruno en los juzgados: “sí, también lo hizo”.

Así ha sido el noveno capítulo de 'Alba'

Después de la traición de Hugo,Pozas está preparada para sacar la artillería pesada. Jacobo ha afirmado delante de todo el mundo que lo sucedido con Alba fue totalmente consentido: “Sus gemidos eran claramente placenteros, de principio a fin”. Tras estas terribles declaraciones, la abogada le pregunta si ya había practicado el sexo en grupo: “no, yo no”, entonces, ¿quién?

El acusado decide delatar a su primo y Rubén y su abogado Eloy no se pueden creer lo que están escuchando. Durante su turno de declaración, Rubén comienza a perder la paciencia y se altera bastante con las preguntas de la abogada: “¿Esto es una puta estafa para sacarnos el dinero?

En uno de los momentos más tensos del juicio, Marta Pozas deja perplejos a todos con una prueba de última hora que demuestra la extraña relación que tiene Rubén Entrerríos con las mujeres.La abogada entrega un vídeo en el que se ve salir al acusado junto a Hugo Roig de un hotel,propiedad de la familia Entrerríos que, en realidad, asegura que es un prostíbulo encubierto.

Señor Entrerríos, hace dos noches, en ese hotel, ¿usted le pagó a una mujer a cambio de sexo?”, la abogada lanza una pregunta que consigue alterar a toda la sala.

Después de estas duras acusaciones, Eloy Duvall le devuelve la jugada a la abogada Pozas con un golpe muy bajo. El abogado de los Entrerríos tiene una nueva estrategia para defender a Rubén: asegurar que Alba está obsesionada con él.

Rubén y Duvall sacan a la luz la relación que mantuvo el acusado con Alba hace unos años. Marta Pozas le ha tenido que recriminar a su defendida que no le contara una información tan relevante como esta, sabiendo que la podían usar en su contra durante el juicio. Pero la joven no le dio importancia, “fueron solo cuatro besos tontos”.

Bego y Tirso han seguido todo el juicio desde el bar de Toño. Después de que Alba le aclarara que no siente nada por él, el joven quiere saber desde hace cuánto Bego sabía que esto era así. Tirso llegó a pensar que esta vez era diferente, pero su amiga le abre los ojos diciéndole que se está engañando a él mismo. Bego se arma de valor y se confiesa con Tirso: “Es lo mismo que me pasa a mí contigo”, y no puede evitar emocionarse al decir estas palabras.

Mercedes, la madre de Rubén, está desesperada por salvar a su hijo. La mujer de Mariano Entrerríos ha presentado un informe de la psiquiatra que trata a Rubén desde los seis años para demostrar que es una persona muy débil que toda las decisionestoma, lo hace influenciado por su primo Jacobo.

Esta jugada le ha costado una discusión con Iván, que no ha dudado en convocar una junta después de lo sucedido: “Has decidido salvar a tu hijo y sacrificar al mío”.

En este capítulo, hemos descubierto que la perversión de los Entrerríos va mucho más allá de lo que han hecho sus hijos. Llorens, Marta Pozas y la teniente Giner, han encontrado otra víctima de sus abusos.

Entre las tres han conseguido montar una encerrona para que Lucía, una joven que da clases particulares de inglés, se reúna con ellas. Muy avergonzada, les ha contado que “Una noche después de dar la clase me invitaron a que me quedara a cenar con ellos. Estábamos todos en la mesa cuando note una mano encima de mi pierna por debajo del mantel. Intenté apartarme, pero no pude y me susurró al oído que no dijera nada a nadie si no quería que me despidieran. Con la otra mano se bajó la cremallera del pantalón y me obligó a acariciarle”.

Pero esta vez, no se trata de Rubén y de Jacobo, si no de Mariano Entrerríos.

¿Llevará Marta Pozas esta información ante la Fiscalía? ¿Se atreverá Lucía a declarar? En el próximo capítulo, Alba declarará ante el juez y tendrá que verse cara a cara con sus agresores.