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El sentimiento de culpa de Jere, tras haber sobrevivido al accidente que mató a su amigo

Jere y Salvi eran amigos desde la infancia, pero un accidente en la montaña hizo que solo uno de los dos sobreviviera. Desde entonces, el sentimiento de culpa invade a Jere por haber sido él y no su amigo Salvi el que sigue con vida.

La amistad entre Jere y Salvi existía desde que eran pequeños, pero, con los años, su afición a la escalada hizo que el vínculo se hiciera aún más fuerte. Ambos compartían su amor por las montañas, la misma que les hizo separarse.

Trece años de amistad terminaron el día que ambos fueron a escalar a los Alpes. Durante el ascenso, uno de los dos resbaló y arrastró al otro al suelo, aunque no se sabe quién fue. "Cuando abro los ojos ya estoy en la UCI, un mes después", confiesa.

Cayeron desde 100 metros y Jere sufrió dos traumatismos craneoencefálicos, 11 costillas y 6 vértebras rotas y los fémures y las rodillas destrozadas. Pasó 11 meses ingresado y, al ver que muchos familiares y amigos le visitaban, preguntó por qué Salvi no iba a verle.

Salvi no corrió la misma suerte que él y murió al instante. Hoy, nueve años más tarde, Jere no puede soportar la culpa de haber sobrevivido: "Me siento culpable por haber podido desencadenar el accidente".

Su amistad terminó en la montaña, aquella que tanto les unió. Sin embargo, para Jere, Salvi nunca dejará de estar presente.