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El director teatral Santiago Escalante confiesa cómo encontró un día a Silvia Tortosa, hundida por la traición
La actriz falleció el pasado 23 de marzo y poco a poco estamos conociendo más episodios de su vida, como este que ha contado el dramaturgo en exclusiva y después del cual la actriz desapareció. Beatriz Cortázar ha contado más detalles.
El director teatral Santiago Escalante ha confesado en exclusiva para Y ahora Sonsoles cómo encontró un día a Silvia Tortosa, hundida por su marido Carlos Cánovas. Después de este episodio, la actriz desapareció y no volvió a saber nada más de ella hasta su muerte el pasado 23 de marzo.
"Todo iba muy bien", ha asegurado, pero de pronto la encontró "rara" y cuando le preguntó qué le pasaba le dijo que tenía un problema familiar. "Me dijo que se había llevado una decepción muy tarde", ha explicado.
Eso sí, le dijo que no le diese el papel de la obra que quería hacer a nadie, pero que antes tenía que resolver un problema grave. Estuvieron hablando hasta noviembre, y en diciembre la llamó pero no tuvo respuesta. Lo que más le extrañó, ha dicho, es que sus mensajes eran leídos.
Beatriz Cortázar ha contado que Silvia Tortosa quería despedirse de los escenarios en una obra de Santiago y que incluso firmó un compromiso para ser protagonista. "Estaba muy emocionada con este proyecto", ha asegurado.
Es cierto que, aunque pensó ser productora de la obra, finalmente sufrió "la crisis de las actrices maduras", por lo que fue rechazada por su edad.
Silvia llegó a la clínica para solo hacerse unas pruebas, y los médicos decidieron dejarla ingresada en el hospital y en una de ellas salió los tumores que tenía. "Todo fue rápido hasta que pasó lo que pasó", dijo en el programa su amigo Chema Marín.
El testamento de Silvia Tortosa
Empieza la cuenta atrás para que se abra el testamento de Silvia Tortosa. Tenía un gran patrimonio producto de toda una vida dedicada al trabajo y de acertadas inversiones. Poseía cuatro inmuebles: dos pisos en Barcelona, un piso en Madrid y su hogar en Puerta de Hierro.
Silvia seguía casada con Carlos Cánovas, el hombre con el que mantuvo 17 años de relación hasta que descubrió su infidelidad. La separación legal no llegó a producirse, pero Silvia, a raíz de la traición de su marido, decidió cambiar el testamento.
Silvia no tenía padres, hermanos ni hijos, sólo unos pocos familiares, entre ellos unas primas que se presentaron en su funeral. Su amiga Ana Congost estuvo con ella hasta el último momento y era su tutora legal. Percibirá ella parte de su fortuna.