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El robo a María del Monte: accedemos en exclusiva a todo lo que ocurrió hora por hora

María del Monte e Inma Casal ya han pasado por el juzgado para ratificar y declarar por el robo que sufrieron y en el que tendría relación el sobrino de la artista, Antonio Tejado. Y ahora Sonsoles ha accedido en exclusiva a todos los pasos que se dieron para cometer el crimen, desde la reunión previa hasta que empezaron a vender las joyas en el mercado negro.

El 24 de agosto, a las siete de la tarde, la geolocalización de los móviles de los miembros de la banda que supuestamente robó en la casa de María del Monte e Inma Casal les sitúa en la parte trasera de la vivienda de la artista.

Se trata de 24 horas de ejecutar el golpe. Momentos en los que estarían vigilando y controlando los movimientos de la pareja. Necesitan que María del Monte esté dentro de casa para desbloquear la caja fuerte.

Pasadas casi nueve horas comienza el atraco, que tendría lugar el 25 de agosto a las tres y media de la madrugada, los siete ladrones llegan a la zona en dos vehículos. Llevan pasamontañas y guantes de látex. Dos de ellos se quedan en el coche vigilando y los otros cinco acuden a su objetivo.

Rodean un depósito de agua, atraviesan un descampado con arbustos y llegan a la parte trasera de la vivienda. Saltan la valla, recorren el patio interior y de una patada, 'El Ruso' reventaría la puerta trasera de la vivienda. Acceden a casa de María del Monte a las 4:40 de la madrugada.

No estuvieron más de 10 minutos en el interior. Tiempo suficiente para neutralizar y meter en el sótano a una empleada del hogar, a la hija de Inma y su marido.

Mientras, el resto de la banda maniataba a Inmaculada Casal y obligaba a María del Monte a abrir la caja fuerte. Cargaron con todas sus joyas y el dinero y a las 4:50 se marcharon corriendo de allí.

La banda se refugió en el piso alquilado por el Ruso

El líder de la banda, 'El Ruso', fue el encargado de llevarse con él dicho botín.

La Policía no vuelve a ubicar a los ladrones hasta las 21:30 de la noche de ese mismo día, en un mismo punto. Se trata de un piso alquilado por El Ruso en el barrio del parchís en Sevilla.

Ahí estarían reunidos todos los involucrados menos Antonio Tejado, que habla con ellos por teléfono. Allí se produce una conversación trascendental. Los móviles ya estaban pinchados y registran una llamada con uno de sus lugartenientes: "Ya estamos arrancando las piedras".

En este momento la banda ya ha empezado a despiezar las joyas y a preparar el oro para fundirlo y venderlo en el mercado negro intentado borrar su rastro.