En León

El pueblo de La Magdalena, unido para echar al párroco: "No nos ha dejado despedirnos de mi hijo como queríamos"

En este municipio de poco más de 500 habitantes, ya han recogido 2.500 firmas para echar al párroco después de que, tras la muerte de un joven, haya negado a sus familiares hablar en la misa funeral asegurando que la homilía era suya y se hacía lo que él quisiera.

El pueblo de La Magdalena (León) está en pie de guerra y tienen un objetivo común: expulsar al párroco de una localidad que tiene poco más de 500 habitantes. Todos han conseguido unirse y cuentan ya con 2.500 firmas para echarle.

Lo que ha ocurrido es que, tras el fallecimiento de un joven vecino, la familia denuncia que, en la misma funeral, no les dejaron dedicarle unas últimas palabras.

"Dijo que la homilía era de él y que allí se hacía lo que él quería", ha asegurado un vecino. La vecina del joven fallecido ha dicho, por otra parte, que el funeral fue "de vergüenza".

Al finalizar la ceremonia, fue la novia del fallecido quien pudo leerle una carta, sin micrófono y ante las quejas del párroco. Una versión de lo sucedido que desde el Obispado han negado, asegurando que todo ha sido un malentendido.

Sin embargo, los vecinos tienen claro que tiene que irse del pueblo después de 14 años allí, ya que, según ellos, no es la primera vez que tienen que soportar actitudes chulescas y de soberbia por parte del sacerdote.

En 'Y ahora Sonsoles' hemos hablado con María García, la madre del joven fallecido. Ha contado que durante la misa, el sacerdote preguntó que si alguien quería hablar porque se había emocionado y no podía seguir. "Buscas empatía y ni siquiera te dejan dedicar unas palabras", ha dicho.

Sin embargo, cuando ella y su nuera se levantaron, él les negó la posibilidad de participar, por lo que se quedaron sorprendidas. Además, el párroco no acompañó el féretro y la novia del fallecido solo pudo leer porque otro familiar se enfrentó a él.

Aunque la habían advertido, ella pensaba que iba a ser un funeral con respeto hacia su hijo y, tras lo ocurrido, no han podido hablar con él ni nadie se ha dirigido a ellos para pedirles disculpas. "Queremos que no vuelva a ocurrir", ha dicho.

La familia está destrozada y enfadada porque consideran que al sacerdote le faltó empatía en un momento tan complicado.

El comunicado de la Diócesis de León

La Diócesis de León ha asegurado que no ha habido quejas previas ni actuales por este asunto y que es un párroco que lleva muchos años en su puesto y tiene la plena confianza del obispo.

Además, han dejado claro que no va a haber medidas disciplinarias contra él y consideran que, cuando la familia pidió hablar, fue durante la predicación.

Según ellos, sí habló una persona al final de la homilía desde el altar de la iglesia y con el micrófono, algo que niegan los vecinos de León.