Hablamos con él

Vivió una persecución de película tras ser confundido con un narcotraficante: "Un error que me ha jorobado la vida"

En total fueron 7 balas que dejaron su coche destrozado y que pudieron acabar con su vida en una persecución de película. Todo ocurrió a las siete y media de la tarde, cuando Fernando acudió a su finca a alimentar al rebaño.

Fernando es un pastor de un Alcuéscar (Cáceres) cuya vida era tranquila hasta que la Guardia Civil le disparó tras confundirle con un traficante de drogas.

En total fueron 7 balas que dejaron su coche destrozado y que pudieron acabar con su vida en una persecución de película. Todo ocurrió a las siete y media de la tarde, cuando Fernando acudió a su finca a alimentar al rebaño.

Una vez allí, comenzó a escuchar disparos que venían de una furgoneta blanca situada a escasos metros. Al volante iba un agente de la Guardia Civil de paisano. Ante el miedo, Fernando salió huyendo y corrió durante 10 minutos sin saber a dónde ir y con la furgoneta persiguiéndole.

Finalmente, Fernando acabó en el bar más cercano del pueblo buscando refugio, pero la pesadilla no acabó ahí. El agente lo persiguió hasta dentro del bar y le dio dos golpes con la culata del arma oficial.

De ahí se lo llevó a la comandancia y fue entonces cuando se dieron cuenta de que Fernando no era la persona a la que estaban buscando, un narcotraficante.

Fernando ha alegado que en ningún momento esa persona se identificó como agente de la Guardia Civil y, desde el cuerpo, aseguran que Fernando huyó de un control de drogas.

Un error que le ha costado a Fernando su coche, cuatro puntos en la cabeza y mucho miedo en el cuerpo. Hemos hablado en directo con él, que todavía se encuentra asimilando todo lo ocurrido.

"O te paras o te mato", ha contado Fernando que gritaba el agente, que rápidamente comenzó a disparar. Él lo único que pensó que podía hacer era huir, y ya en el bar se tiró al suelo, le dio con la culata y empezaron a llegar compañeros que se dieron cuenta de que estaban confundidos.

Fernando nunca imaginó que era un agente de la Guardia Civil, sino que pensaba que alguien se había confundido en un asunto de ajuste de cuentas. "Voy todos los días a esa finca, tendrían que conocerme", ha dicho.

En Y ahora Sonsoles conocimos el caso de la familia de Verónica, que viven una auténtica pesadilla desde que la policía entró en su vivienda por error, echando la puerta abajo en plena madrugada.

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