En Jerez de la Frontera (Cádiz)

Paco cierra su bar tras las constantes denuncias de Sacramento, pero con el apoyo de sus clientes: "Es único"

Esta vecina nos contó que desde hace 17 años tiene que aguantar los olores y el ruido del local debajo de su casa. Tras varias denuncias constantes contra el dueño, el ayuntamiento le ha obligado a cerrar por no cumplir la normativa. Sin embargo, y a pesar de tener la razón, Sacramento está sola en medio de este conflicto.

Hace unos días conocimos a Sacramento, una mujer de Jerez de la Frontera (Cádiz) que llevaba 17 años, según ha contado ella, aguantando los ruidos y los olores del bar de debajo de su casa que era una vivienda de los años 50 no adaptada para el negocio.

En directo conocimos que el ayuntamiento había decretado que Paco, el dueño del local, tenía que cerrar el bar el viernes, y así ha sido. A las once y media de la mañana, la comitiva policial ha llegado al bar para echar el cierre.

Fuera, sus clientes le han mostrado todo el apoyo y es que quieren que Paco siga sirviendo sus caracoles y cañas como lleva haciendo 17 años.

Su enemiga, Sacramento, esta vez le ha ganado la batalla y Paco se ha visto obligado a echar el cerrojazo tras las denuncias constantes de su vecina. Ella, a pesar de que las autoridades le hayan dado la razón, está sola en su cruzada contra el local.

"Paco es una bellísima persona, su vida es el bar", ha dicho una de las vecinas. Otra, además, ha añadido que a Sacramento le molesta todo y que en la zona no hay ni juerga ni gritos.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Paco, que ha explicado que ahora tiene que hacer obras para insonorizar, aunque ha dejado claro que ahí no se hace ruido ni huele mal. "No sé si está enamorada de mí o me quiere hacer la puñeta", ha dicho.

Una de las vecinos ha hablado por Paco y ha asegurado que es un hombre bueno que siempre le ha apoyado y no se merece que le cierren el bar.

También hemos podido hablar con Sacramento, que ha dejado claro que esto ha pasado porque hay una sentencia ganada y un incumplimiento por parte del dueño. Ha explicado además que el juez le ha dado 3 meses para arreglarlo, pero considera que no lo va a hacer.

"Me ha costado tela", ha dejado claro Sacramento, además de que cree que le tenían que haber precintado el local, pero que la policía ha dejado el bar para que entre cuando quiera.