Situación insostenible

Miles de palomas invaden desde hace 8 años un vecindario en Lugo por una vecina que les da de comer

Una situación que ya se ha vuelto insostenible por la insalubridad de las calles debido a las heces de las palomas. Dentro de las viviendas, en los patios, los tendederos están llenos de suciedad e incluso la vecina que las alimenta, dicen los vecinos, se ha vuelto insoportable.

Desde hace casi una década, miles de palomas invaden unos edificios de un céntrico barrio de Lugo. Pero estos animales no han llegado de manera espontánea, sino que una vecina, cada día, les compra comida.

"Lleva así 8 años, hemos avisado a las autoridades pero nadie hace caso", ha asegurado uno de los vecinos. Una situación que ya se ha vuelto insostenible por la insalubridad de las calles debido a las heces de las palomas.

Dentro de las viviendas, en los patios, los tendederos están llenos de suciedad e incluso la vecina que las alimenta, dicen los vecinos, se ha vuelto insoportable. "Me da miedo porque es rencorosa", ha dicho otra vecina, a quien la policía le ha recomendado que grabe para tener pruebas.

Cada día, la vecina alimenta a las palomas, una acción que repite cada pocas horas e incluso grabando lo hace sin miedo. "Hace peinetas, nos insulta y cierra las ventanas", ha dicho la vecina.

La situación está fuera de control y los vecinos no pueden más, pues esta plaga puede provocar además problemas de salud a niños y mayores.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con los vecinos de tres comunidades, que han asegurado que no solo lo hace allí, sino en todo Lugo y también con gatos. Para ellos, esto supone que al abrir la ventana entran plumas y suciedad de los pájaros.

Los canalones, por ejemplo, están atascados y cada pocos días tienen que llamar a una empresa para que lo arreglen. "Piensan que somos un barrio de tercera clase y no nos hacen ni caso", ha dicho una de las vecinas, refiriéndose al Concello de Lugo.

Hemos intentado a hablar con la vecina que alimenta a las palomas, que no ha querido hablar sobre el asunto y ha empezado a gritar. "Me vienen a molestar cuando yo a usted no les he molestado para nada", ha dicho y después ha pegado un golpe.

Una violenta situación que viven a menudo los vecinos del edificio, que viven con miedo de lo que pueda hacer esta vecina.