El día y la noche

Mario Vargas Llosa nos enseña su despacho en casa de Patricia Llosa… ¡Nada que ver con el de Isabel Preysler!

El literato tiene un despacho en el que el orden, precisamente, no reina, pero eso sí, tiene unas vistas espectaculares. Sin embargo, difiere mucho del de Isabel Preysler, ya que es mucho más amplio, con una mesa muy grande e incluso un retrato de ella.

Mario Vargas Llosa ha abierto las puertas de su despacho, pero no de uno cualquiera, sino del que tiene en la casa que comparte con Patricia Llosa. La estampa que nos ha mostrado es de lo más barroca: cenicero, pegamento, bolígrafo con flor decorativa, cartas… ¡Y hasta un teléfono de los de antes!

En su estantería, en lugar del premio Nobel, tiene una bola de nieve, un montón de libros y hasta una vaca hecha de piedra.

El despacho del escritor no tiene nada que ver con el estudio que tenía en casa de Isabel Preysler, que tiene 35 metros cuadrados, mesa de reuniones, un escritorio profesional y, por supuesto, un retrato señorial de ella misma que preside el lugar.

Y es que en el estudio de la madre de Tamara Falcó son todo lujos, como por ejemplo su butaca reclinable de piel, y además todo muy bien ordenado. ¡Así da gusto!

El de Vargas Llosa está un poco desordenado, pero las vistas son inigualables. Cada uno tiene sus cosas malas, pero, sin duda, muchas buenas.