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Una joven con esquizofrenia apuñala a sus padres en Librilla (Murcia): "Ha sido una película de terror"
Eran las dos de la madrugada cuando emergencias recibió la llamada de un vecino alertando de los gritos de auxilio de una mujer. Al llegar, los agentes encontraron a Emara en plena calle portando un cuchillo y con heridas en las manos.
Eran las dos de la madrugada cuando emergencias recibió la llamada de un vecino alertando de los gritos de auxilio de una mujer. Al llegar, los agentes encontraron a Emara en plena calle portando un cuchillo y con heridas en las manos.
Dentro de su domicilio había un hombre fallecido en el suelo del dormitorio y una mujer herida con varias puñaladas en el cuello y la espalda. Eran Emilio y María Nicolasa, los padres de Emara.
Todo apuntaba a que había sido ella quien les había apuñalado mientras dormía, pero nadie sabe cuál pudo ser el desencadenante. Pocas horas antes, Emara había acudido a un bar ubicado en pleno centro de Librilla.
Luisa, la camarera, fue una de las últimas personas que las vio poco antes de cometer el crimen. Antes de abandonar el local, Emara pronunció estas palabras: "Hoy va a pasar algo".
A sus 36 años, esta joven tenía problemas de salud mental, sus ataques eran recurrentes y también las intervenciones policiales para reducirla. No tenía trabajo y su familia siempre se había volcado por sacarla adelante.
De hecho, no hacía mucho que su padre le había comprado y reformado una casa para ella porque no quería estar en un centro psiquiátrico. Sin embargo, nunca podrían haberse imaginado un final como este.
Hoy Librilla llora la muerte de Emilio con los ojos puestos en la UCI del Hospital de Murcis donde María Nicolasa, la madre, sigue luchando por su vida.
En Y ahora Sonsoles hemos hablado con María, amiga íntima de la familia, que ha presenciado en varias ocasiones cómo la policía tenía que acudir a la vivienda porque a Emara le daban brotes de esquizofrenia y tenían que llevársela en ambulancia.
"Sabemos que tiene sus brotes, pero después es una chica normal y agradable", ha dicho, por lo que nunca hubieran imaginado que esto pudiera pasar.
Además, hemos hablado con el principal testigo de la investigación, que ha contado que estaban él y sus amigos sentados en un banco cuando escucharon gritos de auxilio. "Se escuchaban golpes y quejidos de gente que había dentro de la casa", ha asegurado.
Llamaron a la policía, que vino en 25 minutos, y Emara y su madre salieron a la calle cuando la hija todavía estaba intentando agredir a su madre. "Una película de terror", ha dicho.
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María nos ha contado, por otra parte, que ella vivía con sus padres porque no se tomaba la medicación y ellos tenían que estar encima de Emara.