Vidas separadas

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, navidades muy distintas tras un año de la sonada ruptura

¡Como pasa el tiempo! Hace ya un año que Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa decidieron tomar caminos separados en sus vidas. Una ruptura muy sonada y que nos sorprendió a todos. Por eso, estas navidades han sido muy distintas para ambos.

Se cumple un año desde que salió a la luz la ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.

8 años de relación que llegaban a su fin y las razones de la reina de corazones para finiquitar esta historia fueron los celos de Mario. Algo que él siempre ha desmentido.

Sea cual sea el motivo, lo cierto es que doce meses después, la madre de la Marquesa de Griñón saca su vena más irónica al hablar de la ruptura. Algo que pudimos ver en El Hormiguero.

Ahora ambos disfrutan de unas navidades muy diferentes. Isabel presumiendo de soltería y con todos sus hijos y nietos en Miami, en la casa de Chábeli.

Juntos y felices, pasándolo en grande como muestran las fotografías que comparte en sus redes sociales Íñigo Onieva.

El yerno de Isabel Preysler está disfrutando mucho, tal vez porque el regreso a Madrid para él será muy movido.

El 2024 se presenta repleto de proyectos, de los que este programa ha podido conocer con todo detalle.

¿Cómo están siendo las navidades de Mario Vargas Llosa?

Isabel Preysler está en Miami y Vargas Llosa en Perú, en la villa familiar de Punta Cana.

Está muy cerca de su exmujer, Patricia Llosa, con la que, según Vanitatis, tiene una relación muy cordial, pero no amorosa.

Ambos acudían hace unos días juntos al concierto, como si nada hubiera pasado ente ellos.

Ahora, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa hacen su vida por separado y disfrutan a su manera.

El momento favorito de Isabel Preysler, con o sin novio

Hace unos días, Isabel Preysler habría las puertas de su casa para conocer un poco más sobre su vida y su día a día.

Multitud de confesiones entre las que nos sorprendió una: la rutina que no cambia por nada.

Se trata del momento del desayuno. Un momento íntimo, de paz y de tranquilidad en el que intenta que nadie la perturbe, aunque pocas veces lo consiga.

"No quiero empezar, que me empiecen a llamar, a decirme cosas hasta que termine de desayunar", ha dicho.