Hablamos con la madre

Huyen de su pueblo por el acoso de un vecino: "Arrojaba globos de pis y heces contra nuestra ventana"

Begoña y su familia no volverán a la que era su casa debido al acoso de un hombre a su hija mayor. La situación lleva años siendo una pesadilla para ellos y, a pesar de que han puesto 30 denuncias y ha sido condenado dos veces, no se pone solución.

La historia de acoso de la familia de Begoña comenzó hace cuatro años cuando un vecino empezó a obsesionarse por la hija mayor del matrimonio.

Su hija alertó de que este hombre la insultaba y de ahí pasó a amenazas. "Una vez se puso delante con una furgoneta y me dijo que me iba a llevar a la tumba", ha dicho.

"Quiero vivir feliz y en paz"

Begoña, madre de la joven acusada

La situación empeoró con el tiempo, tanto que cada día se encontraban un nuevo destrozo: pinchazos en las ruedas del coche, pintadas, e incluso llegó a lanzarles globos con orina y heces.

Él dice que se ha enamorado, pero Begoña tiene claro que fue obsesión. "Las amenazas llegaron ya a los cuatro", ha asegurado. Y es que han decidido abandonar el pueblo porque las amenazas eran constantes.

Han puesto 30 denuncias

La familia ha interpuesto más de 30 denuncias contra él, que ha sido condenado dos veces. Una por un delito de faltas y la otra por quebrantar la orden de alejamiento contra la familia. "Ya no creo en la justicia", ha confesado.

El pueblo, hace dos años, alzó la voz por ellos en una concentración protesta, lo que calmó la situación, aunque solo fue un parche.

La pesadilla que estaban viviendo llevó a la familia a mudarse de pueblo con pena, pero también con la esperanza de dejar atrás este calvario. "Quiero vivir feliz y en paz", ha dejado claro.

Carlos Quílez ha asegurado que el caso de esta familia ha hecho que la Guardia Civil reabra otras decenas de denuncias de otras mujeres que no desembocaron en un resultado real.

Una situación similar es la que está viviendo la familia de Nieves, una joven que se suicidó por el ciberacoso que recibía, y que ahora son sus padres quienes lo sufren, a pesar de que ella lleva dos años fallecida.