Hablamos con las dos partes

El fontanero secuestrado por considerar su cliente que el presupuesto era 'un robo' niega haber sido raptado

Eran las 12 de la mañana cuando un vecino ha alertado a la policía tras supuestamente escuchar dos detonaciones. Según ha alegado, otro vecino iba armado y amenazaba con hacer explotar el bloque. Mientras todo esto ocurría, el 092 recibió la llamada de una persona que aseguraba estar dentro de la vivienda sin poder salir. Hemos hablado con las dos partes.

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Un hombre ha secuestrado, presuntamente, a un fontanero y lo ha amenazado en Máaga con hacer explotar una bombona de gas en el edificio después de que su presupuesto le haya parecido un robo.

Eran las 12 de la mañana cuando un vecino ha alertado a la policía tras supuestamente escuchar dos detonaciones. Según ha alegado, otro vecino iba armado y amenazaba con hacer explotar el bloque.

Ha señalado directamente al primer piso y, cuando ha llegado la policía, el hombre se ha negado a abrir la puerta. Mientras tanto, los agentes han desalojado el edificio, han acordonado la zona y han comenzado la negociación.

En un momento incluso llegó a tirar el arma por la ventana, que era simulada. Y mientras todo esto ocurría, el 092 recibió la llamada de una persona que aseguraba estar dentro de la vivienda sin poder salir.

Según manifestó a la policía, era un trabajador que iba a arreglar algo de la casa y que su cliente lo amenazó con un arma y un cuchillo porque el presupuesto le parecía que era un robo.

En un momento, la negociación ha dado sus frutos, el supuesto secuestrador ha abierto y la policía ha conseguido entrar colocando un escudo. Él ha respondido lanzando objetos a los agentes hasta que ha sido detenido.

Hablamos con las dos partes

En 'Y ahora Sonsoles' hemos hablado tanto con el fontanero como con el cliente, que tienen versiones muy distintas de lo que ha ocurrido. Diego es el propietario de la vivienda y José es el fontanero.

El viernes pasado, Diego tuvo un problema con un vecino, que alertó de que estaba armado y cuando llegó la policía se encerró.

El sábado por la mañana, este vecino le provocó y llamó a los agentes. Mientras tanto, José estaba haciendo un arreglo cuando llegó la policía aporreando la puerta, y a él no le dio tiempo a hacer nada.

Además, pidió a Diego que abriese, pero no quería. José, por su parte, llamó al 092 para confirmar que el vecino no tenía ninguna arma, pero él en ningún momento se sintió secuestrado.

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