Lo aclaramos

Optar por productos congelados frente a los frescos, la mejor opción para ahorrar en la cesta de la compra

Consumir productos congelados es una alternativa para conseguir bajar el precio de nuestra cesta de la compra, pero no siempre es la mejor opción si queremos llevar una alimentación saludable. Te explicamos en qué casos merece la pena y en cuáles no.

El precio de la cesta de la compra está por las nubes, pero hay una alternativa para ahorrar algo de dinero: los productos congelados. En el caso de la verdura, por ejemplo, la congelada puede llegar a costar la mitad que la fresca, pero… ¿Merece la pena?

Rubén Bravo, nutricionista, nos ha contado que cuando elegimos un producto congelado, por lo general no estamos renunciamos a nutrientes, aunque depende del tipo de alimento.

La verdura y la carne siempre se recomiendan que sean frescas. En el caso de la carne, aunque mantiene los nutrientes, empeora la textura y se rompe la proteína.

El pescado, sin embargo, es mejor comprarlo congelado porque así evitamos bacterias como el anisakis y, además, mantiene todos los nutrientes.

La diferencia de precios

En 'Y ahora Sonsoles' ya analizamos cuánto va a aumentar el precio de la cesta de la compra por la sequía, algo que se puede disminuir con la compra de productos congelados.

Los precios cambian radicalmente en el caso de la verdura y el pescado. Por ejemplo, el brócoli pasa de algo más de 1 euro congelado a más de 3 si lo compramos fresco.

En cuanto al pescado, su precio ronda los 11 euros congelado en el caso de la merluza, mientras que fresco nos costaría unos 20.