Ha sido condenada
Una cámara captó el momento en que la cuidadora asfixió a su madre: "Se sabe cómo y cuándo, pero no por qué"
Una noche de noviembre de 2021, la cuidadora de una mujer anciana entró a su habitación y la asfixió con un cojín. Una escena que el hijo de la víctima grabó con una cámara que dejó en el cuarto. La asesina ha sido condenada a prisión permanente revisable.
Elisa, la cuidadora de la madre de Roberto Rubio, ha sido condenada a prisión permanente revisable por asesinar a la mujer que cuidaba en noviembre de 2021.
Una agresión mortal que está grabada después de que Roberto pusiera en la mesa de noche una cámara. Todo ocurrió a las tres y media de la madrugada cuando la cuidadora entró al cuarto de Amelia, la miró y, sin mediar palabra, se abalanzó contra ella.
La víctima, mientras tanto, trataba de pedir ayuda durante ocho largos minutos en los que Elisa la ahogaba con un cojín. Una vez se hace el silencio, la asesina lo retira y observa la escena con frialdad.
A las ocho y media de la mañana la cuidadora vuelve al dormitorio para ver cómo está el cadáver, y es ahí cuando avisa a los hijos de que su madre ha fallecido. Una hora más tarde, el SUMA confirma su muerte.
El vídeo en el que se observa la escena no es la única prueba del desprecio que la cuidadora mostraba hacia la anciana, sino que también hay llamadas telefónicas que lo demuestran.
A pesar de ello, la asesina se defendió asegurando que ella entró en la habitación para ponerle medicamentos que la dejaran respirar. La sentencia, sin embargo, considera que todas las pruebas son suficientes para demostrar que es culpable.
Hablamos con el hijo de la víctima
Roberto Rubio, hijo de Amelia, ha explicado que colocó la cámara para escuchar a su madre por problemas de salud que había tenido, no por tener sospechas de la cuidadora. Cuando su madre falleció, y tras las explicaciones de la cuidadora, fue a ver lo que había ocurrido.
Puesto que no le cuadró el horario ni que llegara a la habitación con un cojín del salón, pidió ver las imágenes con la policía. Cuando volvió a casa, la cuidadora estaba llorando, lo que cambió a una cara fría cuando descubrió que Roberto sospechaba que algo más había ocurrido.
A pesar de que la asesina va a pasar el resto de su vida en la cárcel, él no siente consuelo, pero tampoco sensación de venganza.
Sin embargo, Roberto ha querido dejar claro que no todos son malos y que su madre vivió dos años y medio muy buenos. "Conozco casos de gente que es muy buena y esto me ha ayudado", ha dicho.
Eso sí, es muy importante que las familias estén pendientes de sus mayores y estén con ellos, tengan o no cuidadoras.
Roberto no sabe por qué la cuidadora le hizo eso a su madre, porque además sabía que había una cámara. "Podemos pensar que hay una ideología de decir que se muere y le dan una recompensa después de pasar tiempo con ella", ha asegurado.
La otra posibilidad es que ella tenía el pensamiento de irse porque los familiares le habían dicho que faltaban cosas en casa, algo que ella negaba, pero cuidaba muy bien a Amelia. "Era la envidia del barrio", ha contado. Por tanto, Roberto considera que pudo ser una venganza.