Una práctica de moda

El bebé de Raisa, a punto de morir por cortarle el frenillo: "No sabemos si va a tener secuelas para hablar"

Cada vez son más madres quienes recurren a esta práctica, que consiste en cortar el frenillo de los bebés, para disminuir los problemas de la lactancia y por el miedo de ser estigmatizadas por ello. Sin embargo, esto puede tener consecuencias, como le ocurrió a esta madre que decidió someter a su hijo a la operación y casi fallece.

La lactancia es el primer paso al llegar al mundo, un proceso en el que las madres suelen encontrar problemas en los primeros días: el dolor en los pezones aumenta.

Para no dejar a su bebé sin mamar del pecho, muchas de ellas recurren a lo que se conoce como frenectomía, que consiste en cortarle el frenillo a los bebés para que así la lactancia sea menos dolorosa y por miedo a ser estigmatizadas como 'malas madres'.

En tan solo 5 años, en el sistema público de salud, esta práctica en los bebés menores de un año ha crecido un 65%. Los expertos ya están alertando de una mala praxis en los centros mediáticos pues han detectado que en muchas ocasiones en las que se han llevado a cabo no son estrictamente necesarias, como cuando el bebé tiene el frenillo lingual corto.

Esto solo afecta entre el 2 y el 4 por ciento de los recién nacidos, y el nuevo boom de cortar el frenillo a los bebés puede tener consecuencias.

Raisa fue mamá de dos mellizos hace un año. Tuvo problemas con la lactancia y, por recomendación de sus amigas, decidió acudir a una clínica para que les cortaran el frenillo a sus bebés.

Rafael y Gabriel solo tenían 33 días y les dijeron que era una intervención menor y sin riesgos. La realidad, sin embargo, fue otra: a Rafael no le cortaron el frenillo, sino la arteria sublingual, algo por lo que el pequeño estuvo a punto de morir.

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con su madre, que nos ha contado que llevaron a sus hijos a un centro privado porque tomaban lactancia mixta pero tenían problemas para mamar. Allí les dijeron que tenían el frenillo muy limitante y que había que hacérselo y que era un procedimiento sencillo.

Tras la intervención, su hijo empezó a sangrar mucho en el segundo corte, algo que la matrona le dijo que era normal y que se cerraría con la succión. "Mi bebé estuvo media hora sangrando", ha dicho, y le pusieron un líquido anticoagulante y tuvo que ser trasladado al hospital.

En total estuvo cinco horas en el centro hasta que consiguieron estabilizarlo porque llegó en shock hemorrágico. El motivo es que no fue el frenillo lo que le cortaron, sino el suelo de la boca por lo que se llevaron dos venas muy importantes además de la arteria.

"Estuvo dos noches en reanimación incubado", han asegurado, e incluso los médicos no pudieron garantizarles que fuese a salir con vida del quirófano, ya que incluso tuvieron que reanimarlo porque se había ido.

Ahora no saben si el bebé va a tener secuelas para hablar cuando sea mayor.

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