Corren riesgo

La alergia, una pesadilla en la vida de muchos: "Desde que salen de casa se están jugando la vida"

Vivir con alergia se hace un mundo para muchos, ya que su vida corre riesgo sobre todo si se tienen niveles altos. Es una preocupación constante, como el caso de Águeda y su hija Lucía, que tiene tanta alergia a la proteína de la leche de vaca que no puede ni cocinar con ella en su presencia.

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La alergia, aunque a muchas personas solo les provoca síntomas que no ponen en riesgo su salud, hacen de la vida una pesadilla para muchos afectados. Una de ellas es Irene, una joven de 17 años que tomó un café contaminado con la proteína de la leche, a la que era alérgica, y falleció.

El peligro a este tipo de alergia es real y son muchos los casos de gente que sufre un verdadero infierno. Viven mirando con lupa cada cosa que ingieren y muchos incluso deciden dejar de comer fuera de casa.

No se fían de que no les den lo que piden, y el miedo y la inseguridad acaba apoderándose de ellos. Y, en caso de verse afectados o que algo les dé reacción, cada segundo cuenta para salvar sus vidas.

Es el caso de Águeda y su hija Lucía, que es alérgica a la proteína de la leche y le afecta incluso el olor. La vida para ellas no es nada fácil, porque, según ha contado su madre, ni la sociedad ni a veces los colegios están preparados. "Desde que salen de casa se están jugando la vida", ha asegurado.

"Necesitamos ayuda para gestionar todo lo que vamos a vivir"

Águeda, madre de una niña con alergia

También ha destacado que depende del nivel de alergia, y es que aunque llega una edad en la que a muchos niños se le va, a su hija se le disparó hasta el punto de no poder cocinar con leche cerca de ella.

"Una de las cosas que más ha cambiado su vida son las tizas", ha contado, y es que contienen caseína, una de las sustancias que más alergia dan.

Para poder entender la situación de estas personas, es fundamental la empatía, algo que, en la opinión de Águeda, nos falta, así como el interés y la información para comprender lo que ocurre.

Águeda opina que, cuando se le diagnostica una alergia a un niño y más a este nivel, debería activarse un protocolo incluso psicológico, porque se dan situaciones que se pierden por esto. "Necesitamos ayuda para gestionar todo lo que vamos a vivir", ha dejado claro.

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