La agente que detuvo a Rosario Porto por el asesinato de Asunta: "Pronto tuvimos claro que era culpable"

En Y ahora Sonsoles hemos hablado con Begoña Rodríguez, la agente de la Guardia Civil que detuvo a Rosario Porto en el tanatorio mientras velaba a su hija.

La primera vez que vio a Rosario Porto fue en su casa el primer día que empezaron a trabajar en la desaparición de la menor. En ese momento, encontró una mujer afectada y una familia preocupada.

El escenario del crimen, ha contado, cuenta mucho de lo que ha podido ocurrir y les resultó extraño la posición en la que encontraron a Asunta. "Supimos que tuvo que ser alguien cercano", ha dicho.

Posteriormente, cuando tuvieron más pruebas, policialmente no tuvieron ninguna duda de la culpabilidad de Rosario Porto, ha explicado.

En el momento de la detención, ha dicho, Rosario Porto no es que no mostrara sorpresa, pero sí estaba bastante calmada, ha asegurado la agente.

Respecto a Alfonso Basterra, ha contado Begoña que él le solucionaba la vida porque gestionaba todos los asuntos domésticos y todo lo relacionado con Asunta, por lo que era un gran apoyo.

Y es que, a pesar de que estaban divorciados, iba a su casa a comer y, según decía ella, es porque él "llevaba muy bien la logística".

Pocos días después de que se descubriera la muerte de Asunta, vieron la luz unas imágenes de Rosario Porto riéndose en la puerta de su casa en Montouto. Begoña ha considerado que fueron muchas horas y en algún momento alguien contó una anécdota del padre de Rosario en un momento de calma. "Todos sonreímos porque era algo gracioso", ha dicho.

En Y ahora Sonsoles hemos conocido más detalles de cómo era Rosario Porto en prisión gracias al testimonio en exclusiva de Nuria, la presa de confianza que convivió con ella durante 8 meses.

La relación extramatrimonial de Rosario Porto

Después de la detención, salió a la luz la relación extramatrimonial de Rosario, pues se lo contó a Begoña, que se ganó su confianza hasta tal punto de confesarle los detalles más íntimos de su relación con su amante. "Estaba muy ilusionada y le hacía sentir bien", ha dicho.

Manuel era un hombre casado que acababa de ser padre y que vivía en Vedra, a poco más de 15 kilómetros de la casa de Rosario. Mantuvieron una relación amorosa desde marzo de 2012 hasta el 4 de julio de 2013, el mismo día del intento de asesinato a Asunta en su propia casa.

Justo el día antes de la muerte de la niña, Rosario y su amante se reencontraron y tuvieron una cita en el barco de Manuel. Pese a la coincidencia de fechas con el asesinato de Asunta, él nunca declaró en el juicio.

Desde el momento en el que se destapó el crimen, el amante de Rosario se desvinculó totalmente de ella. Ni él ni su mujer han querido nunca hablar.