Irina Concepción Herrera

A los 6 años le encantaba ver cómo cocinaba su abuela Concepción, quien fue su gran inspiración para desarrollar el amor y pasión por la cocina. En el colegio pasó parte de su tiempo en la cocina disfrutando de la elaboración de postres, naciendo ahí su gusto por la repostería.

Más tarde abrió el restaurante familiar La Finca de Perú, donde preparaba y servía paltos representativos de la gastronomía típica Piurana de la ciudad de Catacaos en Perú. Poco a poco fue sumergiéndose más en el mundo del arte culinario y los eventos, combinando su experiencia con el estudio en diversas escuelas gastronómicas de Trujillo y Lima, en la especialidad de la cocina Novo-andina. Y al llegar a España en 2009, decidió continuar sus estudios en la Escuela de Hostelería de Madrid.

Durante toda su trayectoria Irina ha trabajado en caterings de grandes eventos, como expositora, docente y colaboradora en algunos restaurantes de primer nivel. Participa habitualmente en diversos eventos gastronómicos a nivel nacional e internacional. En 2012 el colectivo ‘Marca Perú’ la nombra Consultora de la gastronomía peruana en el exterior. En sus viajes ofrece charlas en las que se encarga de difundir la cocina peruana en general y la quinua en particular. En este sentido ha trabajado junto a la periodista argentina Alejandra Feldman, en la elaboración de un recetario gourmet, “Quinua Cinco Continentes”, para la editorial Sierra Exportadora presentado en la Cumbre Internacional de Gastronomía Madrid Fusión 2014.

Es una mujer optimista creativa, fuerte, activa y luchadora, con gran sensibilidad social. Para ella lo importante es el sabor, los aromas y las nuevas técnicas de fusión del grano andino La Quinua con las diversas cocinas del mundo. Admira la cocina de Chema Isidro y de Martín Berasategui, al que considera un referente.

El reto de entrar en “Top Chef” es algo nuevo en su carrera con lo que le gustaría crecer y demostrar que los sueños se pueden conseguir. Si ganara le encantaría montar una escuela en España y dedicarse de lleno a la formación gastronómica.