El Rosco | 10 de octubre

¡Objetivo cumplido! La reacción de Manu al culminar una gran remontada y empatar con Nacho en El Rosco

El concursante madrileño ha conseguido sacar los doce aciertos que necesitaba para evitar la próxima Silla Azul y los dos se dan un respiro en su fuerte competencia.

Los empates se venden muy caros en los duelos en El Rosco entre Manu y Nacho. De hecho, son una rareza, comparados con otras parejas de concursantes. Por eso, es noticia que esta pareja firme tablas y es lo que ha ocurrido en su nuevo cara a cara, en el que jugaban por un bote de 724.000 euros.

Como casi siempre, cada uno ha ido a su ritmo. Nacho ha arrancado con un turno de siete aciertos, mientras que Manu ha optado por el Pasapalabra en la B. En pocas jugadas, la diferencia entre los dos en el marcador era superior a las diez letras.

Nacho ha terminado la primera vuelta con 20 aciertos. En la segunda, ha sumado dos más, el último muy pensado y asumiendo el riesgo. Con ese listón de 22, pese a contar aún con medio minuto, ha decidido plantarse.

De esta forma, Manu se ha quedado a solas con Roberto Leal y con el nuevo reto de sumar doce respuestas correctas para, al menos, empatar. Aún jugando por la Q, contaba con poco más de un minuto para lograrlo.

Esta vez, en un final trepidante, ha conseguido la gesta. Cuando ha comprobado que ya sólo le quedaban tres letras, ha guardado silencio hasta que ha terminado su tiempo. El público ha ovacionado su remontada y la sonrisa ha delatado su satisfacción por firmar tablas.

Los dos concursantes se dan un respiro y evitar la Silla Azul en el próximo programa. ¡Revive en el vídeo su duelo en El Rosco!

La tarde ha dejado, además, un momento insólito: ¡Esther Arroyo ha conseguido que Nacho baile en La Pista! ‘La bamba’ ha resultado irresistible para el concursante, especialmente con tan buena pareja.

Nacho ha reconocido la canción a la primera y ya ha sorprendido al cantar un poco más de lo que suele. Como dice la letra, Roberto Leal le ha animado a ponerle “un poco de gracia” pero bailando. Gracias a Esther, se ha producido ese momento insólito… ¡y no lo ha hecho nada mal!