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Ideas para un despacho productivo, ordenado y con estilo
Lo de trabajar desde casa es una constante cada vez más frecuente en muchas profesiones. Desde diseñadores a abogados, hoy en día -en parte gracias a las nuevas tecnologías, por supuesto- pocos oficios no son aptos para ser realizados desde la comodidad del hogar.
Si es tu caso, quizá se te haya pasado por la cabeza el trabajar directamente desde la mesa de tu comedor. Error. Sin un sitio específicamente creado para desarrollar plenamente tu trabajo terminarás escribiendo los correos a tu jefe desde el sofá sin concentración y lo que es peor, sin límites horarios.
Es decir, trabajar desde casa está bien siempre que te llevas a tu hogar una serie de normas propias de cualquier oficina. Los horarios serían una y el tener un espacio de trabajo para ti, otra. Evidentemente, el orden es una premisa básica si queremos trabajar a gusto y con diligencia. Es decir, la idea es lograr una oficina en tu hogar que sea funcional a la par que inspiradora.
¿No sabes por dónde empezar? Solo necesitas echar mano de estas ideas para un espacio de trabajo productivo, ordenado y con estilo.
1. ¿Poco espacio? Utiliza un estante
Otras opciones son un aparador o incluso recurrir al hueco de un armario. Ante la falta de metros debemos agudizar el ingenio y en decoración cada vez es más frecuente encontrar muebles que tienen una segunda vida y con ella, un segundo uso. Las baldas son la opción más sencilla y los aparadores una herencia de otra época que siempre funciona.
Personalmente, nos gustan las oficinas que han tomado un armario. No te imágenes un mueble exento, esto es solo válido con los armarios empotrados en la pared. Acompáñalo de una silla que te ayude a sentarte erguido y todo listo para trabajar.
2. Minimalismo
A la hora de trabajar lo que necesitamos es concentración, por eso cuando estemos pensando en cómo decorar un espacio de trabajo en casa solo debemos tener una cosa en mente: cuantas menos distracciones cerca, mejor trabajaremos.
Así que abraza el minimalismo y opta por muebles de líneas sencillas y colores neutros.
Añádele algún accesorio, pero siempre que tenga una función, una razón para estar ahí. Desde una lámpara de mesa hasta un instrumento para organizar tus papeles. El resto, fuera.
3. Separa el espacio
Es posible que los metros cuadrados de tu casa te impidan destinar una habitación entera a tu nueva oficina. Si no te sobra una estancia para convertirla en oficina, no hay problema, puedes colocarla en cualquier otro punto de la casa. Vale en la cocina, en el recibidor o en el dormitorio.
Sin embargo, debes delimitar esa zona al máximo. Sí, hablamos de una separación física, pero que también debe servir como barrera emocional. Puedes recurrir a una estantería, que además permitirá que fluya la luz; a un biombo, que funcionará como elemento decorativo también; o a una ligera cortina, que le aportará un aire relajado a la estancia.
4. Espacio de almacenaje
Es clave. No querrás toparte con los papeles de esa reunión que tienes el lunes el sábado por la mañana mientras prepares el desayuno. Cada cosa en su momento y en su sitio.
Por eso asegúrate de que además de con una mesa y una silla, te haces con cestos, baúles, cajas o estanterías que te lo pongan más fácil a la hora de mantener la casa ordenada.